MADRID. Un nuevo polímero desarrollado a partir de microorganismos marinos que se alimentan de algas se ha empleado con éxito para fabricar plásticos biodegradables, sin desechos tóxicos y reciclables.
El invento es resultado de una colaboración en la Universidad de Tel Aviv entre Alexander Golberg, de la Escuela de Ciencias Ambientales, y Michael Gozin, de la Escuela de Química. Su investigación fue publicada en la revista ‘Bioresource Technology’.
Según las Naciones Unidas, el plástico representa hasta el 90 por ciento de todos los contaminantes en nuestros océanos, sin embargo, existen pocas alternativas comparables y respetuosas con el medio ambiente a este material.
«Los plásticos tardan cientos de años en descomponerse. Así que las botellas, los envases y las bolsas crean ‘continentes’ de plástico en los océanos, ponen en peligro a los animales y contaminan el medio ambiente», dice Golberg. «El plástico también se produce a partir de productos derivados del petróleo, que tiene un proceso industrial que libera contaminantes químicos como subproducto.
«Una solución parcial a la epidemia plástica son los bioplásticos, que no usan petróleo y se degradan rápidamente. Pero los bioplásticos también tienen un precio ambiental: cultivar las plantas o las bacterias para hacer que el plástico requiera suelo fértil y agua dulce, del que muchos países, incluido Israel, carecen.
«Nuestro nuevo proceso produce ‘plástico’ a partir de microorganismos marinos que se reciclan completamente en desechos orgánicos».
Los investigadores aprovecharon los microorganismos que se alimentan de las algas para producir un polímero bioplástico llamado polihidroxialcanoato (PHA). «Nuestra materia prima era algas multicelulares, cultivadas en el mar», dice Golberg. «Estas algas fueron consumidas por microorganismos unicelulares, que también crecen en agua muy salada y producen un polímero que se puede usar para hacer bioplásticos.
«Ya hay fábricas que producen este tipo de bioplásticos en cantidades comerciales, pero utilizan plantas que requieren tierras agrícolas y agua dulce. El proceso que proponemos permitirá a los países con escasez de agua dulce, como Israel, China e India, cambiar de plásticos derivados del petróleo a plásticos biodegradables».
Según Golberg, el nuevo estudio podría revolucionar los esfuerzos del mundo para limpiar los océanos, sin afectar las tierras cultivables y sin usar agua dulce. «El plástico de fuentes fósiles es uno de los factores más contaminantes en los océanos», dice. «Hemos demostrado que es posible producir bioplásticos completamente basados en recursos marinos en un proceso que sea amigable tanto para el medio ambiente como para sus residentes.
«Ahora estamos realizando una investigación básica para encontrar las mejores bacterias y algas que serían más adecuadas para producir polímeros para bioplásticos con diferentes propiedades», concluye.
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